Hace un tiempo conocí una mujer. Hermosa como ninguna, brillaba en todo sentido, contaba cuentos maravillosos, historias increíbles, era una reina con su rey y su reino. Cada día tomaba un par de estrellas y las bajaba para borrar mis miedos, se senataba a mi lado y convertíamos una fantasía en realidad. "Nada es porque sí, nada es porque no y todo es posible, solo intentalo cien veces y si no lo logras... inténtalo una vez más" repitió una y otra vez.
Me regaló un corazón, me regaló las palabras y el sentido. Me dotó de inteligencia que alimentó con besos y abrazos. Me abrazó y me sentí protegida en su regazo. Dormí entre sus piernas, me regaló su tiempo y su esfuerzo.
Lo hizo todo, lo ha hecho todo y
supongo que lo hará. Cada vez que grité estuvo ahí.
...
no puedo seguir escribiendo... la extraño.
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