viernes, 31 de julio de 2009

Sí, a veces lo hago.

Ves? Tu no lloras.


No, yo no lloro, yo no me desaguo, yo no riego mis plantitas, yo no tengo filtraciones, yo no lluevo, simplemente no lloro.
Eso dicen, eso creen, pero tu sabes que no es así, sabes que llorar es una explosión de emoción que sucede, la mayoría de las veces, cuando estás ahí para abrazarme, porque cuando no estas sieto que caigo y caigo y nadie me amarra un cordelito a la realidad.
Hace tiempo te dije que eras mi cable a tierra, pero no entendía todavía qué significaba eso, no había entendido que ser mi cable a tierra era más que una simple imagen mental o una extraña relación entre electricidad y fricción.
Yo era pequeña, era enana en relaicón a lo que soy ahora, y lo que soy ahora lo soy gracias a ti y a mi, gracias a las dos, gracias a la relaicón que construimos y deconstuimos día a día, segundo a segundo.

Te diste media vuelta y yo cerré los ojos. Se siente tan extraño que alguien no cosanguíneo quera cuidarte así, se siente raro, anormal, curioso... pero no mal.
Es extraño ver a alguien llorar por ti, que me diga que valgo tanto así la pena, que nadie me toca, que soy especial... es raro escucharlo y tragartelo y entenderlo...
Se siente bien.
Y si mis ojos estaban brillantes cuando volviste no fue porque sí. Puedes decir que filtré mi alegría en tu almohada. El hombre bicentenario arruinó sus conexiones con agua salada gracias a que la glucosa se va al cerebro y la sal... no.
Y yo no me voy a ninguna parte, porque eres mucho más que mi cable a tierra.
Eres mi tierra...

No hay comentarios: