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Vuelve a Conce con tu cara de imbécil discimulado, con la garganta llena de mierda tras esos dientes blancos que cargan tu historia.

Métete la sonrisa por la raja que tus besos y tus abrazos me dan asco. Me siento violentada con tu mirada aún cuando no me miras.

No te da verguenza? Cómo vienes y te sientas a mi lado pensando que las cosas que pasaron nunca pasaron.

Cómo te sientas y me sonríes preguntas qué es de mi vida cuando nunca te ha importado un poco de ella.

No te importó entonces no te importará ahora.

Te saludo, te sonrío y pienso...

Qué hijo de puta.