No me parece graciosa la forma en que no me miras, ni en la que no me hablas. Menos me gustan las palabras que no usas para no dirigirte a mi. Preferiría que simplemente no no me hablaras para tener que nada decir en contra que la desrelación que tenemos.
El otro día un señor en una moto golpeó mi auto en son de que yo entendiera que él quería pasar por al lado mio y yo no le estaba dando su "merecido" espacio, eso sin mencionar sus sutiles insultos donde afirma que soy un crustaceo y que pertenezco a mi santa madre.
¿Tengo que darle un par de golpes a tu motor-auto-cabeza para que te enteres de que todavía estoy con vida y que me interesa, por no decir me importa, me gustaría, quisiera en lo más profundo de mi corazón que siquiera te dieras cuenta de que a kilómetros tuyo alguien -es decir, yo- quiere que le des dos minutos de tu cochina vida para que el tránsito se detenga y que yo pueda pasar en paz.
Visualizo una situación que, aunque preferiría que no, se parece bastante a lo que sucede en estos minutos y que pasa de vez en cuando por mi cabeza.
Es una gran sala blanca, con postes blancos y asientos plásticos de un dudoso color grisaceo. Baldozas verdemuzgo (que combinación más horrorosa de colores) y un silencio penetrante donde pasa casi desapercivida la irrespetuosa interrupción del silencio que produce un televisor de una pulgada y media que tiene la secretaria en su mezón.
Cuando entré, hace media hora atras, la no muy agraciada señora con unos cuantos kilos de más, ni se inmuta a mirarme y me dice "espere, ya va a venir el doctor". Así fue como posiciné mi cuerpo en uno de estos asientos haciendo gestos de que claramente me gustaría no tener que estar acá...
Pasan unos minutos y entras tú, y la acción es la misma: Puerta, mezón, silla.
Y no es hasta otro minutos más que descubro, en mi triste realidad, que eres tú y no otro extraño el que está un par de sillas a mi derecha.
Tu mi extraño favorito, tu mi favorito extraño. Nuestras miradas se cruzan y el reconocimiento no es inmediato, hace un par de años que no nos vemos... (y en ese par no soy literal porque han pasado como veinte años desde la graduación). Nuestras miradas no se cruzaron, chocaron y simpente dejaron la real cagada en la autopista. Las cámaras parecían multiplicarse y los periodistas se reproducían a la velocidad de la luz...
Y ahí comienza el silencio donde sabes que tienes que decir algo, pero no sabes qué es lo que tienes que decir.
Entre mis dientes se formula una oración, pero no va más allá de ese lugar, en mis manos se discimula un gesto tan diminuto que tu no alcanzas a percibir, en mis ojos un espiritu mira y grita a viva voz en un tono brillante e indecriptible que quiero que tu voz roce mi tímpano una última vez. Pero no, ahí estamos y ahí nos quedamos, mudos... Inundados en una no relación a-cómoda Y una televisíon en blanco y negro.
1 comentario:
que mieeeeeeeeedo
apenas abri tu blog empezó a sonar
"It's too late to apologize" de One Republic y Timbaland :O
.____. no pierdas lo que yo perdí
nadieN es perfecto
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