[Ahórrese el pensar que le hablo a Daddy Yankee, muchas gracias.]
Hace algo así como tres meses y medio que ya no te abrazo, ni me abrazas.
Hace algo así como tres semanas que me decidí a no hablarte.
Hace algo así como tres días que no peleamos.
Revisando mis informes escolares descubrí lo que ya había borrado de mi memoria y recordé lo que por ahora llamaré mi infancia primera. Tu firma - a la que ya no veo ni por siacaso - entre papeles que tenían las más ingenuas felicitaciones que - cómo no - admito, me gustaría volver a tener: ¡Felicitaciones, Macarena trabajó muy bien hoy!
Papá... Conocerte no ha sido la experiencia más enriquecedora de mi vida, creo que hablo por muchos cuando digo que no te conozco, que no me sé tu vida y que a la hora de hacer una biografía tuya sería la peor bibliografía existente, solo digo que mientras estuviste pudiste hacer todo lo que te propusiste y gracias a ti se enfrentar mi vida, se poner los pies en el suelo, se contar hasta diez, sumar patentes, leer los avisos económicos y a dar todo lo que puedo cuando la vida lo apetece.
Qué fue de los secretos? Qué fue del silencio? Qué fue lo que pasó para que sea tu necesaria - y dolorosa si viene al caso decir - opinión la que me abandona de la esperanza alguna...?
Dime qué quieres que haga para que sea todo lo normal que quieras. No te prometo cambiar, menos hacer el intento, solo quiero devolverte el favor.
Sigo enferma papá? Sigo sola? Sigo siento un feto en el útero de tu señora esposa?
Mírame... Crecí, no como tú quisieras, ni como esperabas, crecí con mi todo cuerpo de un metro y cincuenta y cinco centímetros. Crecí con mis mediocres notas, estúpidas ideas y utópicas fantasías. Crecí peleando - como me enseñaste - , defendiendo mis opiniones porque nada es porque sí. Crecí... aunque no lo quisieras... crecí... y lo hice sin ti.
Porque preferiste solucionar tus problemas y te llenaste de dudas.
Papá... Es necesario que diga que te extraño?
Dónde dejaste mis caricias?
Dónde dejaste mis regalos...?
Donde dejaste los paseos, las risas y los llantos?
Hoy se ahoga la espranza y ahogas tus sueños, y los mios, y me escodes y me anulas...
Papá... aunque lo creas... no soy anormal. Y soy tu hija...
Papá... me rindo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario