lunes, 6 de octubre de 2008

. No lo vemos venir .

Así es. Ni lo imaginamos, vivmos como si nada pudiera pasar.
Familias grandes, numerosas, distanciadas y complicadas. ¿cuándo es hora de juntar fuerzas?
Cuando vemos que alguien se cae. Cuando nos enfrentamos cara a cara con la desesperación, el coma, la muerte y la cuenta del hospital del trabajador de concepción.
No me imagino sin padrinos. Pero tampoco me imaginaba hablando con mis viejos.
No me imagino tener que ir a ver a mi padrino al cementerio, o al velorio, no me imagino llorar por él... más de lo que he llorado por ti y por mi y por muchos.
¿No es más fácil cerrar la puerta y seguir?
¿No es más fácil temrinar la agonía?
¿No es más fácil quedarse y dormir?
No, no es más fácil.
La costumbre de ver muchas caras, la tranquila pacificidad que hay en la última imagen que tengo con la mami, el último cumpleaños sin gritos y llantos, un feliz año nuevo, una feliz navidad y un buenos días a todos... en mi retina y en el plato de cada día.

Si hoy me preguntas, no estoy bien.
si me preguntas como está el día, no hace frío.
si preguntas qué hora es, no es medio día.
si me preguntas qué hay de almuerzo, Prozac con coca-cola.
y si preguntas qué quiero... tiempo, pero tiempo para ti.

No hay comentarios: